Fecha: 14/02/2023
En Davos 2023, la industria fósil y las energías renovables compartieron asiento. Esta cercanía sorprendió a algunos, y molestó a otros más. Especialmente a aquellos que se quedaron a las puertas del evento, celebrado este enero, como de costumbre, en la ciudad suiza de Davos.
Empezando por la activista Greta Thunberg, que dejó clara su falta de confianza en los líderes que asistieron al encuentro del Foro Económico Mundial. De hecho, Thunberg se refirió a ellos como “las personas que más están alimentando la destrucción del planeta”.
Otra de sus quejas tuvo que ver con el sultán Ahmed a-Jaber, CEO de la petrolera estatal de Emiratos Árabes Unidos y presidente de la cumbre climática que la ONU celebrará en noviembre de este año. El nombramiento de Ahmed a-Jaber deja en evidencia que la nueva cercanía entre la industria fósil y las renovables no solo ha marcado el encuentro de Davos, sino que es una tendencia que continuará en el futuro.
Parte de la solución
El principal impulsor de esta nueva alianza parece ser el dinero. Quienes la ven con buenos ojos destacan que la industria petrolera tiene el poder, personal y experiencia necesarios para ayudar a escalar los proyectos de energías renovables.
“Las empresas de energía deben ser parte de la solución (...). Son empresas grandes, integradas, que saben hacer bien las cosas, con muchos ingenieros, ¿no?”, dijo a Reuters Joseph McMonigle, secretario general del International Energy Forum. Tras un año de alza en los precios del petróleo, dichas empresas definitivamente tienen la capacidad de inversión.
Otro argumento a favor del acercamiento a las petroleras es que no involucrarlas en el proceso de transición solo dará como resultado una menor adaptabilidad de su parte, dejando de lado las necesidades ecológicas del planeta. Si la ignoramos, la industria fósil solo continuará expandiéndose, de la peor manera posible.
Cuestión de compromiso
Thunberg no es la única en contra de esta nueva amistad. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dejó clara su posición al respecto: “Los productores de combustibles fósiles siguen corriendo para aumentar la producción, sabiendo perfectamente que su modelo de negocio es incompatible con la supervivencia humana”, afirmó durante su discurso en Davos.
Justamente, otro punto destacable de la conferencia es que las empresas fósiles se mostraron poco entusiastas a la hora de comprometerse a reducir emisiones e invertir en energías renovables. Pero frente a las pruebas irrefutables de los riesgos que presenta el cambio climático, dichas empresas pronto tendrán que devolverle al sector de las renovables la buena voluntad que estas les demostraron en Davos.