Fecha: 13/08/2024
Es de conocimiento común que la riqueza natural de América Latina es uno de sus más valiosos recursos. Sin embargo, mientras lugares como la Amazonía gozan de un reconocimiento global por su importancia medioambiental, otros ecosistemas de la región que pasan más desapercibidos, a pesar de ser igualmente relevantes.
Es el caso de los páramos. Estos ecosistemas se encuentran en la cadena montañosa de los Andes; de hecho, el 80% de los páramos del mundo están en la cordillera andina, que incluye especialmente a Colombia y Ecuador, aunque también hay páramos en Perú, Venezuela y Costa Rica.
Las condiciones en los páramos son únicas y los convierten en ecosistemas estratégicos por el rol medioambiental que cumplen. Ubicados a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, tienen clima frío todo el año, suelos volcánicos muy fértiles y un altísimo grado de biodiversidad.
¿De qué sirven los páramos?
Quizá la más importante función de los páramos es que suministran agua a millones de personas. En Colombia, por ejemplo, son la fuente del 70% del agua dulce que consume el país. Y también suministran la mayoría del agua dulce de Quito.
Esto es porque los páramos son como esponjas: absorben el agua, la almacenan y luego la distribuyen poco a poco hacia los bosques de alrededor. Además, el agua que reciben de la lluvia, la niebla o los deshielos es filtrada naturalmente durante este proceso, por lo que el resultado es agua limpia y pura para consumir.
Además, los páramos cumplen otra serie de servicios ecosistémicos esenciales:
¿Qué amenazas enfrentan los páramos?
Además de ser excepcionales, los páramos son ecosistemas frágiles que dependen de un equilibrio natural logrado a lo largo de millones de años. Como tantos ecosistemas en todo el mundo, los páramos también se ven amenazados a día de hoy por el cambio climático y las actividades humanas.
La minería y la agricultura extensiva distorsionan el equilibrio necesario para que los páramos puedan seguir funcionando naturalmente, lo que pone en peligro algunas de las más importantes reservas de agua dulce del mundo.
El aumento de temperaturas a consecuencia del cambio climático también es una grave amenaza para estos ecosistemas, al igual que la ganadería, el sobrepastoreo y la deforestación. Muchos de estos problemas pueden ser abordados con talleres informativos y educativos para las comunidades que viven cerca de los páramos. Igualmente esencial es promover legislación que proteja estos ecosistemas imprescindibles.