Fecha: 27/03/2023
La segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua se celebró en Nueva York del 22 al 24 de marzo, coincidiendo con el Día Mundial del Agua. Más de 2.000 representantes de gobierno, científicos, académicos, líderes indígenas y jóvenes delegados asistieron al evento, dejando claro que hay una consciencia global sobre la importancia de discutir el futuro del agua en plataformas como esta; más aún considerando que no se había celebrado una conferencia del agua desde 1977.
El evento presentó la oportunidad de resaltar muchos de los temas más urgentes relacionados con el agua a los que nos enfrentamos, desde sequías e inundaciones hasta escasez, contaminación y falta de acceso al agua. Pero también se introdujeron propuestas y proyectos innovadores de todas partes del mundo que buscan enfrentar y mitigar estos problemas.
Agenda de Acción
La expectativa principal de la conferencia era la creación de una Agenda de Acción para el Agua que delineara una serie de compromisos para mitigar la crisis global de agua. La importancia de la agenda consiste en que presenta acciones claras que pueden replicarse en todo el mundo, desde tomar mejores decisiones respecto a los alimentos que consumimos hasta reevaluar el papel del agua como motor económico. Sobre todo, deja claro que, como el cambio climático “el agua debe estar en el centro de la agenda política global”, en palabras del secretario general António Guterres.
Pero, a diferencia del Acuerdo de París, la Agenda para el Agua no es un tratado internacional vinculante. Más bien, la agenda plantea compromisos voluntarios y proyectos de futuro. En su discurso de cierre, el presidente de la Asamblea General Csaba K?rösi afirmó: “El resultado de esta conferencia no es un documento legal obligatorio; aún así hemos pasado una página en nuestra historia. Hoy reafirmamos nuestra promesa de implementar el derecho humano al agua y la higiene para todos”.
Igualmente, K?rösi resaltó el hecho de que los $300.000 millones que se comprometieron para el desarrollo de la Agenda tienen el potencial de desencadenar al menos un millón de millones de dólares de ganancias socioeconómicas y medioambientales. Además, la esperanza es que las acciones y proyectos delineados en la agenda terminen por convertirse en acuerdos vinculantes en la COP28, que se celebrará el próximo noviembre.
Más de 700 compromisos han sido registrados en la página web de la agenda por gobiernos locales y estatales, agencias no gubernamentales y compañías privadas, y tratan temas tan diversos como el acceso al agua, el desarrollo de políticas públicas y protecciones legales relacionadas con el agua, el vínculo entre la crisis del agua y el cambio climático, sistemas de data y monitoreo y el acondicionamiento de infraestructuras.
El próximo paso, claro, es el más crítico. En su discurso el secretario general Guterres fue claro respecto a la importancia de convertir estos planes en acciones palpables, al decir: “Toda la esperanza de la humanidad para el futuro depende de que hagamos realidad la Agenda de Acción para el Agua”.