Fecha: 21/04/2023
El dinero hace girar el mundo, como dice la canción. Por eso mismo este año la campaña del Día de la Tierra se centra en la inversión en energías renovables como el único camino que nos queda para que el mundo, tal y como lo conocemos, pueda seguir girando.
Construir una economía verde es nuestra única esperanza de evitar un desastre climático global e irreversible, y de asegurar un futuro igualitario y próspero para todos. Además, tiene más sentido desde el punto de vista financiero. Invertir en energías renovables es más rentable a largo plazo que continuar apoyando una economía basada en los combustibles fósiles. La industria de las renovables va a ahorrarle dinero a gobiernos, empresas e individuos, además de crear nuevos puestos de trabajo y disminuir los costos de lidiar con las consecuencias del cambio climático.
Mejores precios, más rentabilidad
Los precios de la energía solar y de la energía eólica han bajado dramáticamente en los últimos 10 años (y se espera que sigan bajando), por lo que a día de hoy es más rentable producir energía de fuentes ‘limpias’ que de fuentes tradicionales. Y también es la opción energética más económica para hogares, empresas e instituciones públicas.
Entonces, ¿por qué no estamos invirtiendo en la revolución de las renovables? Sí lo estamos haciendo, solo que no lo suficiente. Aunque 2022 fue un gran año por la cantidad de políticas de energía limpia que se aprobaron en todo el mundo, aún estamos muy lejos de poder alcanzar nuestro objetivo de ‘neutralidad de carbono’ para 2050.
Naciones Unidas ha dicho que, para lograrlo, debemos invertir al menos 4 billones de dólares al año en energías renovables hasta 2030. Y aunque este monto parece muy significativo, lo cierto es que sigue estando muy por debajo de los 5,9 billones de dólares que, tan solo en 2020, se destinaron a subsidiar la economía de combustibles fósiles. En otras palabras, 11 mil millones diarios.
Además de ser menos costosa, una economía verde sería mucho más fructífera: tan solo la reducción de la contaminación y del impacto medioambiental que suponen los combustibles fósiles podría ahorrarle al mundo hasta 4,2 billones de dólares al año hasta 2030. Un estudio de la Universidad de Oxford llegó a una conclusión similar, afirmando que pasarse a las renovables podría ahorrarnos hasta 12 billones de dólares de aquí a 2050. “Nuestra conclusión central es que deberíamos acelerar la transición energética porque nos va a ahorrar mucho dinero”, le dijo el profesor Doyne Farmer, del Institute for New Economic Thinking, a la BBC.
Y eso sin contar el potencial de creación de empleo que tiene el sector. Las predicciones indican que la industria de las renovables podría crear 9 millones de empleos sostenibles en la próxima década. Y a nivel mundial el número de empleos en el sector podría crecer a más de 38 millones de aquí a 2030. Aunque la mayor parte de estos empleos se encuentran ahora en Asia, Europa, Brasil y Estados Unidos, hay un gran potencial para las renovables en África y el resto de América Latina, donde los recursos naturales abundan.
En palabras del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres: “sin las renovables no hay futuro”.