Fecha: 13/05/2024
El uso de la Inteligencia Artificial parece haberse vuelto común en muchos campos durante el último año: desde finanzas y comunicaciones hasta ciberseguridad y publicidad. No es de extrañar que ahora también veamos la IA utilizada en la lucha contra el cambio climático.
Según el Foro Económico Mundial, la IA ya se está utilizando para reducir el impacto ambiental de la agricultura, predecir patrones climáticos, rastrear icebergs y hacer que el reciclaje sea más efectivo, entre otros ejemplos de proyectos alrededor del mundo.
En América Latina en particular el potencial de la IA para ayudar a abordar la crisis climática es enorme; y urgentemente necesario. Treinta y tres de los países de la región se encuentran entre los más vulnerables al impacto de la crisis climática, tanto económicamente como ambientalmente. De hecho, el Banco Mundial pronostica que para 20230 el cambio climático llevará a un aumento de hasta 300% de la pobreza extrema en la región.
Afortunadamente, muchos emprendedores locales ya están viendo el potencial de la IA en esta área y han lanzado proyectos, negocios y organizaciones sin fines de lucro centrados en la conservación, la justicia climática y la economía verde.
Cuatro ejemplos de proyectos de 'IA verde' en LatAm:
Lemu: una startup de conectividad
Fundada por Leo Prieto, esta startup se centra en lo que el empresario chileno considera uno de los grandes problemas con la mayoría de los proyectos ambientales: que la comunidad internacional y los líderes mundiales no están financiándolos adecuadamente.
Lemu utiliza inteligencia artificial y ‘machine learning’ para conectar a posibles inversores con proyectos medioambientales y de desarrollo humano que necesitan capital.
Según The Guardian, "los usuarios pueden leer sobre los proyectos, buscar por país o especie protegida, navegar por mapas y modelos 3D, y monitorear el progreso a través de fotos y publicaciones". Luego pueden elegir financiar el proyecto que les parezca más urgente, con contribuciones grandes o pequeñas.
PrevisIA: IA para parar la deforestación del Amazonas
Actualmente, muchos proyectos de conservación en la Amazonía dependen de imágenes satelitales para detectar incendios forestales lo antes posible. Pero PrevisIA tiene como objetivo detener la deforestación antes de que ocurra, utilizando la IA para predecir los próximos sitios probables de deforestación.
La herramienta fue creada por investigadores de Imazon, una organización sin fines de lucro. Imazon se está asociando con autoridades en toda la región para tener un impacto más amplio en uno de los bosques tropicales más esenciales, y amenazados, del mundo.
E-kakashi: para una agricultura más sostenible
El sector agrícola en América Latina es un importante emisor de gases de efecto invernadero; de hecho, representa casi la mitad de las emisiones totales de GEI de la región, según Economist Impact.
Para hacer la agricultura más sostenible, el Banco Interamericano de Desarrollo y SoftBank de Japón se han asociado para lanzar e-kakashi. La herramienta utiliza la IA para recopilar, procesar y analizar grandes cantidades de datos ambientales y meteorológicos, lo que ayuda a los agricultores a crear un entorno de producción que minimiza las emisiones.
E-kakashi ya se está poniendo a prueba en Colombia, donde el objetivo es mejorar la productividad y sostenibilidad del cultivo de arroz.
Morfo: drones e IA para reforestar Brasil
A principios de 2024, Reuters informó que las autoridades de Río de Janeiro se habían asociado con la startup local Morfo para acelerar los esfuerzos de reforestación en la ciudad brasileña.
Utilizando computadoras con IA y drones, el objetivo de la asociación es reforestar las colinas alrededor de Río. Las computadoras definen los objetivos y la cantidad de semillas a soltar, mientras que los drones las llevan a esas áreas de difícil acceso. Los drones pueden dispersar 180 cápsulas de semillas por minuto, haciendo el proceso de reforestación cien veces más rápido que si se hiciera a mano.
Entonces, ¿cuál es el futuro de la IA en América Latina? Por ahora, incierto, pero altamente prometedor. Y estos proyectos en curso son prueba de que dicho optimismo no es infundado. Por supuesto, todavía hay mucho trabajo por hacer en toda la región, desde la educación y el cultivo de talento hasta el desarrollo de marcos regulatorios para el uso responsable de la IA.