Fecha: 12/08/2024
En los debates sobre el calentamiento global, el dióxido de carbono suele ser el gas de efecto invernadero que recibe más atención, y tiene la peor reputación. Pero el gas metano también contribuye significativamente al efecto invernadero. Entonces, ¿qué es exactamente el metano y por qué deberíamos preocuparnos por reducir sus emisiones?
La contribución que un gas de efecto invernadero hace al calentamiento global depende de cuánto calor absorbe y cuánto se mantiene en la atmósfera. El metano es aproximadamente 30 veces más efectivo en atrapar calor en la atmósfera que el dióxido de carbono. Aunque no permanece allí tanto tiempo como el CO2, su impacto en el cambio climático sigue siendo sustancial.
Alrededor del 60 por ciento de las emisiones globales de metano provienen de las actividades humanas, por lo que reducirlas es crucial para frenar el calentamiento global. Al disminuir la emisión de metano de la humanidad podemos frenar rápidamente la tasa de calentamiento, ganando tiempo en la batalla contra el cambio climático.
De ahí la relevancia del Compromiso Global de Metano, un acuerdo que han firmado más de 150 países y en el que se comprometen a reducir las emisiones de metano de fuentes humanas en un 30 por ciento, desde los niveles de 2020, para fines de esta década. Si se logra, este esfuerzo concertado tiene el potencial de evitar un calentamiento de 0,2 grados Celsius para 2050.
Reutilizar el metano de los vertederos
Aunque este compromiso es un hito importante, aún queda mucho camino por recorrer antes de que realmente pueda marcar la diferencia. La buena noticia es que la ciencia ha demostrado que hay formas de convertir el metano que ya estamos produciendo en algo útil.
El metano tiene valor como combustible, por lo que existe un incentivo financiero para capturarlo y aprovechar su potencial energético. Al aprovechar fuentes clave como los pozos de gas y los vertederos podemos reducir sustancialmente la contaminación de metano, al tiempo que aprovechamos una fuente de energía limpia.
Los vertederos son criaderos de metano; a medida que los materiales orgánicos se descomponen, liberan biogás, que incluye metano. Sin embargo, en lugar de permitir que este potente gas de efecto invernadero escape a la atmósfera, nuevas tecnologías nos permiten capturar y reutilizarlo.
Con el gas metano producido por los vertederos podríamos generar electricidad o calor, desplazando la necesidad de combustibles fósiles y mitigando las emisiones de gases de efecto invernadero en el proceso. De hecho, se ha demostrado que con la implementación de la tecnología actual de captura de gases de vertedero se podrían evitar el 61% de las emisiones del sector de residuos para 2030.
El potencial de los residuos latinoamericanos
En áreas como América Latina, donde los vertederos son un problema común, esta reutilización de metano podría ser una excelente solución. Además, la región muestra un potencial significativo para la mitigación del metano, ya que se estima que más del 50% de los residuos de América Latina y el Caribe consisten en materiales orgánicos.
Varios países de la región ya están buscando formas de implementar estrategias de reutilización de metano y una mejor gestión de sus residuos en general. También existen iniciativas internacionales como la convocatoria "Too Good to Waste" del Banco Interamericano de Desarrollo, que financiará proyectos que propongan reducir las emisiones de metano generadas a partir de residuos.
Entre los muchos desafíos ambientales a los que nos enfrentamos, el metano representa un obstáculo sustancial. Sin embargo, al adoptar medidas proactivas para reducir sus emisiones e implementar maneras de reutilizarlo podemos hacer de un problema una promesa de futuro.