Fecha: 29/11/2024
Líderes, negociadores y activistas de casi 200 países se reunieron este noviembre en Bakú, Azerbaiyán, para abordar la crisis climática. Este año, el objetivo principal de la COP29 era movilizar financiamiento para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático y enfrentar sus consecuencias.
Tras años de récords de temperaturas y desastres climáticos que solo enfatizan la urgencia de la situación, se esperaba que la COP29 produjera resultados transformadores. Y aunque los días de intensas negociaciones finalizaron con un importante acuerdo financiero, no todos los presentes quedaron satisfechos con el resultado.
Financiamiento climático, el tema central
El logro más destacado de la COP29 fue la adopción de un nuevo marco financiero para apoyar a las naciones vulnerables. Los países ricos se comprometieron a triplicar sus contribuciones, aumentando el objetivo anual de $100 mil millones a $300 mil millones para 2035.
Sin embargo, muchos argumentan que, aunque es un avance, el acuerdo está lejos de los $1,3 billones en subvenciones anuales que los expertos consideran necesarios. Las naciones en desarrollo expresaron su frustración, señalando que los fondos comprometidos son insuficientes para enfrentar las consecuencias climáticas a las que se enfrentan.
Quienes se han mostrado críticos con el acuerdo aseguran que las naciones desarrolladas deben ayudar más y hacerlo con mayor rapidez. El Secretario General de la ONU, António Guterres, reflejó este sentimiento al declarar: “Esperaba un resultado más ambicioso, tanto en financiamiento como en mitigación, para enfrentar el gran desafío que enfrentamos, pero el acuerdo alcanzado proporciona una base sobre la cual seguir construyendo”.
Por su parte, Michael Wilkins, director del Centro de Finanzas Climáticas e Inversión, agregó que un aspecto positivo de la COP29 fue que colocó este tema en el centro de la opinión pública: “La COP29 normalizó el hecho de que los países ricos tienen una obligación histórica de ayudar a los países pobres, y que hacerlo nos beneficia a todos”.
Segundo resultado positivo: los mercados de carbono
Otro logro importante en la COP29 fue la finalización de las regulaciones de los mercados de carbono bajo el Acuerdo de París. Después de años de negociaciones, los países acordaron mecanismos para el comercio de carbono, permitiendo a las naciones comprar y vender créditos de carbono para cumplir con sus objetivos de emisiones de manera más eficiente.
El acuerdo, además, incluye salvaguardas diseñadas para garantizar que los proyectos de mercados de carbono contribuyan a reducir emisiones sin causar daño, respetando al medio ambiente, los derechos humanos y las perspectivas de los Pueblos Indígenas.
Un veredicto mixto y el camino a seguir
La COP29 fue una mezcla de avances y expectativas no cumplidas. Si bien los acuerdos sobre financiamiento y mercados de carbono representan pasos importantes, dejaron a muchos decepcionados por su falta de ambición. Sin embargo, como enfatizó Guterres, los resultados brindan una base para futuras acciones.
Ahora, el mundo debe enfocarse en implementar estos marcos y garantizar que las naciones cumplan con sus promesas. En palabras de Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de la ONU para el Cambio Climático: “Esta nueva meta financiera es una póliza de seguro para la humanidad. Pero, como cualquier póliza, solo funciona si las primas se pagan completas y a tiempo. Las promesas deben cumplirse para proteger miles de millones de vidas”.