Fecha: 15/08/2023
En Grecia, Portugal y Canadá ya los incendios arrecian, como lo han hecho cada verano en años recientes en gran parte del mundo. En Londres, un soldado se desmaya de calor y deshidratación a las puertas de Buckingham Palace durante el mes de junio más caluroso jamás registrado. En Phoenix, Arizona, un niño sale descalzo de casa y se quema las plantas de los pies en el asfalto hirviendo.
El calor es la primera causa de muerte asociada con el clima, por encima de inundaciones, sequías, incendios, huracanes y tornados. Las altas temperaturas pueden causar quemaduras, insolación (con dolores de cabeza, náuseas, vómitos y en algunos casos, muerte), problemas respiratorios, brotes en la piel, problemas cardiovasculares y deshidratación severa.
A pesar de las advertencias de la ciencia sobre el calentamiento global, la temperatura del planeta no solo continúa aumentando, sino que se comporta de manera errática. Anthony Leiserowitz, director del Program on Climate Change Communication de Yale, lo compara con una montaña rusa, y asegura que va a peor.
Mientras tanto, nuestras sociedades no están preparadas para las consecuencias de salud pública que el calor cada vez más extremo supone y supondrá. Desde una planificación urbana que tome en cuenta el clima, hasta mejores políticas ambientales y la creación de centros de hidratación públicos, hay mucho por hacer para proteger a los más vulnerables ante el calor.
Los niños y los adultos mayores suelen estar en mayor riesgo durante las olas de calor. Los primeros sienten con mayor fuerza los efectos de la pérdida de líquidos (fatiga, dolor de cabeza, mareos), mientras que en el caso de las personas mayores ocurre lo contrario: con la edad nuestra sensación de sed disminuye, por lo que podemos no notar la deshidratación hasta que sea demasiado tarde.
Recomendaciones para mantenerse hidratado
Si bien es común escuchar que se deben tomar 8 vasos de agua al día, muchos médicos y especialistas están de acuerdo en que las necesidades de líquido pueden variar de persona a persona. Además, beber agua no es la única manera de mantenerse hidratado.
Muchas frutas y vegetales son excelentes fuentes de líquido, además de que son altos en fibra. El melón y la patilla son excelentes opciones, al igual que las fresas, naranjas y uvas. De vegetales, se recomienda comer pepino y apio, que también contienen mucha agua.
Otros líquidos, como la leche, el té y el jugo, también ayudan al cuerpo a mantenerse hidratado. Los expertos igualmente recomiendan helados y sorbetes como opciones para darle al cuerpo el líquido que necesita.
Además de consumir suficientes líquidos, durante los días de mayor calor es importante evitar la exposición al sol, refugiarse en espacios ventilados o con aire acondicionado, protegerse la cabeza y la piel del sol, y estar atentos a nuestros familiares y vecinos.