Fecha: 10/03/2025
América Latina es reconocida por sus frondosos bosques, imponentes ríos y vasta biodiversidad. Sin embargo, toda esta abundancia está cada vez más amenazada por los devastadores efectos del cambio climático.
Según datos del Banco Mundial, en las últimas dos décadas la región ha experimentado 74 sequías. Eventos climáticos extremos, como las sequías experimentadas en los últimos años, están poniendo en riesgo el suministro de agua y, por tanto, el desarrollo de América Latina.
Cambio climático y agua: una amenaza creciente
El agua ha desempeñado un papel fundamental en la configuración de la economía y el progreso social de América Latina. La región posee casi un tercio de los recursos de agua dulce del mundo, lo que la convierte en el mayor exportador neto de alimentos del mundo. El acceso a agua potable segura también ha mejorado la salud y las condiciones de vida de millones de personas.
Pero el cambio climático está amenazando este progreso. En 2023, una combinación del fenómeno de El Niño y los efectos del cambio climático desencadenaron una serie de desastres, incluyendo sequías, olas de calor, incendios forestales, inundaciones y huracanes.
Perú y México aún se están recuperando de las consecuencias del ciclón Yaku y el huracán Otis, respectivamente, que causaron decenas de muertes y varios miles de millones de dólares en daños. Mientras tanto, una intensa sequía redujo el río Negro, en Manaos, en la Amazonía brasileña, a su nivel más bajo en más de 120 años.
En 2024, eventos climáticos extremos como estos continuaron afectando a la región, y se espera que los desastres climáticos empeoren en los próximos años.
El impacto en el desarrollo
Sin acceso confiable al agua, el progreso de América Latina está en juego. La escasez de agua y los eventos climáticos extremos tendrán efectos devastadores, incluyendo:
Amenazas a la seguridad alimentaria: Las sequías impactan las tierras de cultivo, amenazando a millones de personas que dependen de la agricultura para su alimentación e ingresos.
Crisis de salud: Las temperaturas en aumento y el agua estancada crean condiciones ideales para la propagación de enfermedades como la malaria y el dengue.
Interrupciones energéticas: América Latina depende en gran medida de la energía hidroeléctrica; sin embargo, los niveles de agua más bajos reducen la producción de electricidad, afectando a hogares y empresas.
Desigualdad creciente: El acceso al agua potable sigue siendo desigual, con comunidades rurales e indígenas sufriendo especialmente por la escasez de agua y la contaminación.
Un llamado a la acción
En la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos, que se celebró a finales de enero de 2025, jefes de estado latinoamericanos, funcionarios gubernamentales y expertos debatieron sobre el futuro de la región y discutieron posibles respuestas a la amenaza de un clima cambiante.
Perú, por ejemplo, explicó que se está enfocando en la seguridad alimentaria, previendo una escasez de agua que amenazará la producción de alimentos en un futuro cercano. Otras medidas discutidas en Davos incluyen invertir en una mejor gestión del agua y mejorar las infraestructuras nacionales para prevenir daños relacionados con inundaciones y sequías.
La reunión dejó en claro que el agua es esencial para el futuro económico y social de América Latina, y que si no se actúa de manera urgente, el desarrollo de la región y el bienestar de millones de personas están en riesgo.