Fecha: 20/11/2023
América Latina ya está trabajando para mejorar sus esfuerzos de reciclaje y transicionar hacia una economía más centrada en la sostenibilidad. Por eso es cada vez más importante que el concepto de una economía circular se arraigue en la región.
Pero no se trata solo de ser ecológico: una economía circular también puede ofrecer significativos beneficios sociales y económicos, especialmente en regiones como América Latina, donde la transición hacia la sostenibilidad se ha vuelto cada vez más vital.
América Latina enfrenta desafíos medioambientales serios pero, al mismo tiempo, el potencial en la región es inmenso. Países como Colombia, Perú y Ecuador ya han demostrado que se puede avanzar en reciclaje con políticas e iniciativas consistentes.
Colombia, por ejemplo, recicla alrededor del 20% de sus residuos y ha establecido metas ambiciosas para aumentar significativamente este porcentaje en los próximos años. Perú y Ecuador también han puesto en marcha campañas de reciclaje y tienen planes para mejorar sus tasas de reciclaje en el futuro cercano.
¿La solución para una región más sostenible?
Desarrollar una economía circular en América Latina es esencial por varias razones. Diseñada para minimizar los desechos y aprovechar al máximo los recursos disponibles, una economía circular tiene muchos beneficios. En primer lugar, está destinada a protegernos a nosotros y al medio ambiente, y tiene el potencial de generar oportunidades de empleo sostenibles y estimular el crecimiento económico, fomentando la estabilidad social.
Beneficios Ambientales
La increíblemente rica biodiversidad de América Latina está en peligro y debe ser protegida. Reducir la contaminación y la explotación de recursos mediante prácticas circulares ayudará a preservar la belleza natural y los ecosistemas que son fundamentales para la identidad del continente.
La deforestación es una gran preocupación en la región, especialmente en la cuenca del Amazonas. Pero si pudiéramos disminuir la deforestación al requerir menos recursos naturales, podríamos contribuir a la lucha contra el cambio climático, en la cual los árboles tienen un papel tan importante.
Con una economía circular, América Latina podría conservar sus recursos y limitar significativamente su generación de residuos; como resultado, todos disfrutaríamos de un mundo más limpio y equilibrado.
Beneficios Sociales
Desde el punto de vista social, una economía circular podría crear miles de oportunidades laborales en América Latina en las áreas de reciclaje, remanufactura y reparación. Esto empoderaría a las comunidades locales a través de prácticas sostenibles, impulsaría la movilidad social, mejoraría los niveles de vida y, en última instancia, contribuiría a reducir la pobreza.
Los recicladores informales son parte de la economía informal de la mayoría de países latinoamericanos. Estos hombres y mujeres trabajan en condiciones no reguladas, poniendo constantemente en riesgo su salud. Además, sin organización, no pueden realmente hacer mella en las tasas de reciclaje de la región. Incorporarlos a un modelo económico formalizado beneficiaría tanto a los recicladores como a los esfuerzos generales de reciclaje de cada país.
Beneficios Económicos
Adoptar una economía circular podría ser una "mina de oro" para América Latina. Una región en la que varios países, como Colombia y Venezuela, han vivido durante décadas gracias al auge petrolero podría pasar de los combustibles fósiles a alternativas verdes igualmente rentables.
La transición a una economía circular puede abrir nuevos mercados para productos verdes e innovaciones, dándole una ventaja competitiva a América Latina en la economía verde global. A corto plazo, prácticas más sostenibles centradas en el reciclaje y la reutilización podrían resultar en ahorros sustanciales para las empresas, que producirían menos residuos y consumirían menos recursos.
A medida que la región cambia su mentalidad hacia formas más sostenibles de generar riqueza, también entran en juego proyectos de energía verde. Al ser tan rica en recursos naturales, no debería sorprender que América Latina tenga el potencial de aumentar su capacidad de energía solar y eólica a escala en más del 460% para 2030, según un nuevo informe de Global Energy Monitor.
En resumen, son muchos los argumentos a favor de adoptar un modelo que sirva igualmente al planeta y a las personas, y que beneficie a las generaciones venideras.